Sobre CRÓNICA DE MEDIOCRES

Lo he llamado Crónica de Mediocres porque creo que la mediocridad es una de las palabras que mejor definen el momento en el que vivimos. La vida pasa deprisa, las oportunidades también y entre ambas dos no hay tiempo para mejorar nada, es más, lo mejor penaliza, no se compra, la calidad se desprecia.

He elegido esta foto porque de alguna forma refleja lo antedicho, primero porque está algo borrosa, no se ve con claridad, y segundo porque para mi, esa araña es la representación de la mediocridad y su tela es el entramado en el que los mediocres caerán, caeremos, y desde la cual impedirá que escapemos, sólo unos pocos conseguirán salir, seamos nosotros.

Espero que os guste y para hacerlo más atractivo, podéis dejar vuestros comentarios picando en el título de cada entrada.

lunes, 27 de enero de 2014

Crónica de Mediocres 53


¡Tongo!
En relación a la pretensión de privatización de seis hospitales públicos, tengo que decir que desde el principio el halo que ha envuelto a ese concurso público ha dado muestras de una sospechosa connivencia entre el organismo que solicita ofertas, el gobierno de la Comunidad de Madrid, y los licitadores que pretendían hacer suyo, bajo un legítimo auspicio legal, lo que es propiedad del conjunto de los ciudadanos de Madrid.

Los concursos públicos son un valioso instrumento que la legislación pone en manos de las distintas administraciones del estado, con el fin de solicitar la colaboración del sector privado para cubrir unas necesidades que esas propias administraciones no podrían asumir con sus propios recursos. Esos concursos públicos se basan en la libre competencia entre empresas y/o profesionales, con solvencia demostrada, que dan respuesta a unos requerimientos técnicos exigidos para la ejecución del contrato que regulará la actividad, por un precio establecido por el propio licitador. En base a las respuestas técnicas y económicas recibidas, el contratante decide, sobre unos criterios previamente establecidos y cuantificables, la empresa adjudicataria del contrato de bienes y/o servicios.

En mi apreciación, el intento de externalización (privatización, cesión temporal de un servicio público, llámese como se quiera) de la “dirección médica” de  seis hospitales públicos, una vez conocido el hecho de que al concurso únicamente se habían presentado tres empresas y que cada una de ellas optaba a dos hospitales a los que ninguna de las otras pretendía hacerse con el control, me dio tufo que llegó a escandalizarme. Más tarde, al leer que la Comunidad de Madrid, sin ningún tipo de remilgos, había procedido a realizar las adjudicaciones, mi estupor se convirtió en indignación, ¿cómo era posible que ante la ausencia de competencia no se declarase desierto el concurso?

En mi opinión, la justicia, a través de la fiscalía, por aquello de que debe velar por el interés ciudadano, debería haber entrado de oficio a investigar como fue posible que los astros se alineasen de tal forma que produjeran un resultado descaradamente contra los intereses de los madrileños, no ya en cuanto a la previsible decadencia del sistema sanitario, que por supuesto se producirá, sino en cuanto al atentado a la inteligencia de cualquiera que pusiese un poco de atención a lo que estaba pasando.

La fiscalía, debería de haberse hecho las siguientes preguntas y haber procedido de oficio:

¿cómo es posible que cada empresa opte a dos hospitales a los que no optan ninguna de las otras dos?, ¿han llegado estas empresas a un pacto para repartirse esos hospitales?, ¿han recibido esas empresas información privilegiada y/o asesoramiento desde la propia administración de cómo deberían de jugar sus opciones?, ¿han sido excluidos otros actores del reparto de la tarta sanitaria madrileña?

A mi se me viene a la cabeza una palabra: ¡tongo!
   
JC

sábado, 18 de enero de 2014

Crónica de Mediocres 52


Gamonal (Burgos)
 
¿Qué percepción tengo de lo que ha pasado en Burgos, concretamente en el barrio de Gamonal?

Pues al margen de lo que los medios han mostrado de aquel barrio, Gamonal: alto índice de paro, suburbio en el cual se encuentra enclavada casi un tercio de la población de Burgos, espacios públicos con niveles paupérrimos de mantenimiento, servicios públicos en franca caída sin cubrir las necesidades de la población, nivel impositivo idéntico al resto de la población burgalesa, etc. Veo que Gamonal es la punta del iceberg de lo que puede estar gestándose en la totalidad de esta España que está secuestrada por una clase política desvergonzada, sin honor, que no respeta a los ciudadanos a los que se deben y que se apodera de todo aquello que se le pone a mano.

Gamonal ha despertado, digamos, por un gasto sufragado por sus ciudadanos, por los ciudadanos de Burgos, un gasto que tomando la forma de un bulevar a levantado a las miles de personas afectadas para decir: NOSOTROS NO NECESITAMOS ESTO.

Durante décadas los ciudadanos hemos permitido que los políticos (unos políticos que, no nos engañemos, no han sido elegidos por nosotros, que han sido elegidos por sus propios partidos políticos al amparo de una ley electoral que fue concebida a espaladas de aquellas personas que “debían” ser administradas) manejasen nuestros destinos sin nuestra propia intervención, sin consultarnos, ignorándonos y tratando de evitarnos, ocultándose detrás de unos votos secuestrados y gestionando lo público con las peores prácticas jamás vistas en cualquier ámbito.

Gamonal, el barrio, desde hace unas semanas se ha visto inmerso en una no pedida actuación que ha hecho que sus habitantes se preguntasen si esa obra realmente era necesaria para su bienestar, una obra de calado, con incidencia directa en su calidad de vida, para la que nadie, léase “el consistorio”, les preguntó previamente si era lo que esperaban o si ellos, los vecinos, reclamaban otro tipo de actuaciones que fuesen más aprovechables por el conjunto del barrio.

Así pues, Gamonal se ve en la tesitura de aceptar una obra de aproximadamente ocho millones de euros que les va a quitar más de 300 plazas de aparcamiento, que les va a cobrar cinco millones de euros por la venta de 250 plazas de garaje, que no saben que manos van a llenar, que lo público va a pasar a manos privadas y simplemente gritan, ¡basta ya!, no podemos seguir permitiendo ser elementos pasivos en la conformación de nuestro barrio, de nuestro espacio vital, de nuestro área de convivencia.

Gamonal nos ha enseñado que hay posibilidades más allá del voto cada cuatro años, que los ciudadanos, con una organización mínima podemos mover nuestras propias necesidades, que queremos participar la conformación de nuestro propio destino y que no somos seres pasivos, estoicos a merced del “dictador” de turno democráticamente. Gamonal, su espíritu, debe ser un referente en la recuperación, regeneración y rehabilitación de la clase política, de esa estúpida clase política que creyó que los estúpidos eran los ciudadanos que elección tras elección, durante décadas,  tenían asumido que debían de tragar con los mediocres integrantes de unas listas electorales confeccionadas por mediocres ejecutivas de unos mediocres partidos políticos al amparo de una mediocre ley electoral que utiliza al ciudadanos únicamente para emitir un voto.

Gamonal ha enseñado a los cargos electos, que los ciudadanos debemos tener la última palabra, que la vida es más satisfactoria para todos si la participación es solicitada.

Por último, Gamonal me ha enseñado que la manifestación ciudadana, para poder desplazar a tanto mediocre político, debe realizarse a cara descubierta, evitando y anulando a los enmascarados violentos que quieren que las cosas no cambien.

JC

lunes, 6 de enero de 2014

Crónica de Mediocres 51


Aquelarre Vasco

El aquelarre vasco está en plena efervescencia, estos días los ex, presidiarios o convictos o carcelarios, se están hartando de ser portada en los medios de comunicación de ámbito nacional, se les ve contentos, se les ve satisfechos, se les ve con esa desfachatez que solamente los criminales suelen mostrar, gente que, al amparo de una supuesta lucha, se ha permitido segar la vida de más de casi novecientas personas que jamás fueron conscientes de lo que para una montado el pasado día cuatro en Durango por los asesinos de más de 300 personas ha tenido la repercusión que dichos asesinos querían: los “medios” los cubren, todo el mundo habla de ellos, y el resto de la ciudadanía necesita oírlos para indignarse por el descaro con el que los sanguinarios, arropados por el estado de derecho (y que no sea de otro modo), se manifiestan.

Tras la anulación de la “doctrina Parot” (y recordemos que tal doctrina, de alguna forma, intentaba erigir en legislador a quien no le correspondía tal papel) la sociedad española se ha visto una vez más perjudicada por la falta de previsión de unos políticos, cuasi ciegos, cuasi inútiles y cuasi auto invalidados. Pero bueno, este es otro tema y no el objeto ni el objetivo de esta crónica.

Para continuar con el desatino, ayer se cuajó otro titular sobre la sociedad vasca que podría ser algo así como “el proceso de paz no tiene marcha atrás”, y ese titular lo firman los que se creyeron que estaban en guerra contra no se sabe quien. España, país en el que hoy por hoy están integradas las vascongadas, jamás ha estado en ninguna guerra, real o artificial, con el pueblo vasco. Sí es verdad que una parte, una minoría, de la ciudadanía vasca aplaudió (y hoy todavía aplaudiría) el uso de la más terrorífica violencia (absolutamente traicionera, cobarde y amedrentadora) para imponer sobre la inmensa mayoría, unas tesis que fueron incapaces de transmitir por la vía de la palabra, por la vía de la negociación, en definitiva, por la vía de la política. Por supuesto que la paz no tiene marcha atrás, ¿cuándo ha faltado esa paz?, nunca.

Los representantes del 15,65% del censo electoral del País Vasco, los llamados Eh Bildu, vuelven a erigirse en portavoces del 100% de los ciudadanos de su región y se atreven a proclamar que “No vamos a utilizar ninguna excusa para dejar de seguir avanzando y dando pasos para lograr que todos los tipos de violencia que todavía padecemos desaparezcan de una vez por todas”, cuando se podría afirmar que la única violencia que ha perdurado en España, y sigue vigente por las veladas amenazas de sus declaraciones, ha sido precisamente la que parte de las personas que integran Eh Bildu ha amparado: la violencia de ETA y sus asesinos a sueldo.

Esta gente de ETA y Eh Bildu todavía no se ha dado cuenta, y ejemplos no les han faltado, que aceptando, como ellos dicen, las leyes del estado, sus libertades están garantizadas y que si estiman que están sufriendo comportamientos violentos deben ponerlos en manos de la justicia, ésta sin duda, de existir dichos actos, penará correspondientemente a sus responsables. Otra cosa es que etarras e integrantes de Eh Bildu quieran parecer falsas víctimas, su tiempo ha pasado y ya no convencen ni a parte de sus acólitos.

El proceso de paz en Euskadi parece avanzar por el camino adecuado gracias al 85% de su ciudadanía y al 100% de la ciudadanía del resto de España, hasta que ese proceso de paz concluya (me atrevo a decir que pasarán décadas hasta entonces) no queda más remedio que, respetar el estado de derecho, que los delincuentes cumplan sus condenas y que no se le tregua a los que intentan de forma ilegítima imponer sus tesis mediante el terror. A estos últimos les pediría que de una vez por todas sean valientes y se enfrenten a los no piensan como ellos con el mismo arma: LAS URNAS.

JC

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