El Muro de las Regeneraciones
Lo he encontrado, en mi inagotable esfuerzo por encontrar
una fórmula para la regeneración de la degenerada clase política española, hoy,
por fin, he dado un paso de gigante y he localizado un purgatorio para
políticos Mediocres; está al alcance de todas las personas que se dedican a
vivir de la política y que muestran y demuestran conductas deshonestas,
corruptas y de desprecio hacia sus colegas y hacia aquellos a los que
representan.
También sería aconsejable su uso por todas esas
personas, razonablemente honestas, que han tenido, lo que podría llamarse, el
honor de ser elegidas por los ciudadanos para otorgarles su representación ante
este complejo sistema político que se hace llamar democracia que forma de que la clase política. Y a estas
personas les aconsejo su uso, debido a su tibieza y tolerancia ante sus
corruptos compañeros con los cuales, de inexplicable manera, comparten espacio
y responsabilidades. A mi me resulta incomprensible que no les expulsen de su
lado y que permitan que una gran mayoría lleguemos, como ya sucede, a pensar
que al final toda la clase política es una banda de saqueadores que se tapan
unos a otros y que haciendo gala de una flexibilidad extraordinaria, muestran
posturas muy similares a las que ya inmortalizaron los egipcios hace miles de
años.
En la fotografía que acompaña a esta Crónica de
Mediocres, la número sesenta, os muestro mi hallazgo, se encuentra en Madrid:
para su exacta localización, diré que está en el número 24 de la calle de
Serrano, en una tienda de calzados llamada Camper (que conste que esta gente no
me paga nada, pero lo que me he encontrado ha sido tan revelador que no me
queda más remedio que ser explicito en la mención).
El Muro de las Regeneraciones tiene dos vertientes, la
derecha y la izquierda, hasta esto me ha gustado, en la vieja política se clasificaba
a los partidos en de derechas y de izquierdas, y aquí pueden encontrar un muro
para cada una de las dos facciones. Hubiese sido interesante que entre ambos
lados hubiese un chaflán al que poder llamar centro, pero, pensando un poco, en
realidad no es necesario debido a que salvo excepciones, mayoritariamente los
partidos se auto califican de centro, y por eso a nosotros finalmente, no nos
queda más remedio que tirar del viejo ordenamiento y etiquetarlos en derechas e
izquierdas.
Bueno, que me estoy desviando, como podréis ver en la
foto, El Muro de las Regeneraciones no entiende de colores, salvo unas pequeñas
motas que no hacen más que consolidar la asepsia con la que su creador,
seguramente y totalmente inconsciente esta la utilidad, quiso mostrar el
lugar.
El Muro de las Regeneraciones es blanco y está plagado
de zapatos, zapatos recios, bien sujetos a la pared y dispuestos a cumplir con
su ignorada nueva función: la redención. Su uso es tan simple como su
concepción. El blanco representa la candidez absoluta del elector cuando le
presentan una lista electoral plagada de mediocres nombres de los cuales no se
le da ningún tipo de información, pero se le exige que confíe a ciegas en ellos
como personas sin tacha. Los zapatos muestran la decepción y la determinación
del ciudadano cuando observa como se están gestionando los asuntos públicos, y
ve como se le está ignorando como persona, como se le está tratando como un
mero vehículo para alcanzar el poder y como es representado con los dineros que,
según sus representantes y gobernantes, le cuesta a los diferentes gobiernos.
Hecho el preámbulo anterior, damos las instrucciones:
el político, aquel o aquella, que quiera regenerarse, deberá personarse ante El
Muro de las Regeneraciones y lanzarse de nalgas, preferentemente desnudo a cualesquiera
de las facciones del Muro, los punterazos que en el violento choque sienta,
será la materialización del acto que tantos y tantos habitantes de este país
estamos reprimiendo desde hace lustros y que debido a nuestro sentido de la
decencia y al fomento de la convivencia, no hemos querido llevar a cabo. En el exterior, y para evitar salpicaduras en
el supuesto caso de haber brotes de sangre, a través de los grandes ventanales
de los que dispone el local en el que se encuentra lo que yo he visto como “El
Muro de las Regeneraciones”, los ciudadanos podríamos observar el espectáculo y
de alguna manera podríamos incluso a juzgar si o no ha habido regeneración.
Tengo serias tentaciones de pedir la expropiación de
este local de Serrano 24, no se si hacer una petición vía Change.org, mediante
la cual además de la expropiación en si misma, se podría solicitar una ley
orgánica mediante la cual se obligase a los políticos indignos a tirarse en
pompa contra la representación de las punteras de los zapatos de los
ciudadanos, ¿conseguiría muchos apoyos mi petición?, sinceramente, creo que sí.
JC