Teresa, la víctima
maltratada
Sí, Teresa, protagonista, seguro que muy
a su pesar, de la actualidad de estos días. Para su desgracia, o por su
voluntad, nunca se sabe, el organismo de Teresa se vio traspasado, mejor dicho,
invadido, por un virus, el ébola. Un virus virulento, por algo es un virus,
agresivo, imprevisible, mortífero en la mayoría de sus incursiones y muy, pero
que muy, mediático.
Teresa es una de las pocas personas que,
voluntariamente, se quiso hacer cargo de atender a personas tocadas de lo que,
al parecer, es hoy la mayor de las amenazas médicas que acechan a la sociedad
del mal llamado primer mundo, el contagio por el virus ébola. Teresa atendió,
como ya se mencionó, voluntariamente a una de las personas llegadas de África,
para rendir su vida en su país.
Teresa ha pasado de ser una víctima de un
accidente laboral, o como quiera llamarse, a ser el chivo expiatorio de la más
mezquina de las mezquinas profesiones que existen hoy en nuestro país, España,
que es la de gobernante. La incapacidad de estos gobernantes, ya sean
autonómicos como puedan serlo del estado español, ha sido tal, que se han
lanzado sin ningún tipo de piedad sobre la persona que, al menos desde el
lunes, está sufriendo la cólera del bichito más temible conocido últimamente
por estos lares.
El gobernante, principalmente encarnado
en la nefasta figura del consejero de salud de la comunidad de Madrid, ha
violado socialmente a Teresa vertiendo gravísimas acusaciones sobre el proceder
profesional de ésta y proyectando sobre ella, en un 100%, la culpabilidad (termino judeo cristiano)
sobre su propia situación personal que, recuérdese, se encuentra entre la vida
y la muerte.
Típico es del gobernante español no ser
reflexivo y no hacer autocrítica, por el contrario, y demostrado queda
históricamente, la burda estrategia del gobernante español de lanzarse sobre
las yugulares de las víctimas más cercanas, es el modus operandi, para intentar
eludir las responsabilidades que le son por el mero hecho de ocupar el cargo que
ocupan. El gobernante español intentará, siempre, esparcir tanta porquería
alrededor que, de alguna forma, su propia responsabilidad quede difuminada e
incluso que se achaquen a personas ajenas a su propia incompetencia, las
consecuencias de la falta de previsión, desidia, relajación, vaguería e
incompetencia.
Teresa, hoy, sábado 11 de octubre de
2014, se debate entre la vida y la muerte, sola, aislada, en la fría sala de un
hospital en el cual el único contacto que tiene con el exterior (recordemos que
salvo los eremitas, somos seres sociales) es a través de unas personas
embutidas en unos trajes que, impiden totalmente el contacto que todo ser
humano necesita cuando su ánimo está manteniendo el equilibrio sobre el filo de
lo que puede ser el más allá y lo que es lo conocido.
Teresa, después de más de cinco días
escuchando las indecentes palabras de los que, hoy por hoy, podrían ser
considerados parásitos sociales, después de más de cinco días durante los
cuales la incompetencia ha quedado al descubierto, quiero participarte mi más
sincero deseo de que superes el trance que tan injustamente te ha tocado pasar.
Te deseo fuerza orgánica y posteriormente mental para que puedas volver a tu
rutina.
Un fuerte abrazo.
JC
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