Mercadona y las Patatas Israelíes
Vivimos en un estado tal de globalización que, a día de hoy, nosotros, los consumidores, compramos productos procedentes de todo el mundo. Esto es bueno en la mayoría de los casos, sin entrar quienes sí y quienes no, son los realmente beneficiados por el comercio global.
Pero hay casos en los que deberíamos reflexionar, un ejemplo de ello es el genocidio palestino cometido por Israel que comenzó hace casi dos años y que la comunidad internacional, los gobiernos de países orgullosos de sus democracias, como mínimo ignoran, cuando no fomentan la actitud israelí con la venta de armas para matar seres humanos e intentar aniquilar a todo un pueblo como es el palestino.
Mirar la procedencia de los productos que consumimos es una pequeña alternativa que tenemos los ciudadanos de a pie para intentar dificultar las acciones de países que éticamente dejan mucho que desear: si no compramos sus productos, cortamos la generación de beneficios que, sin duda, tendrán su reflejo en la economía de sus respectivos países.
Pues bien, la mayor cadena de distribución al por menor de España, Mercadona, desde hace mucho tiempo vende patatas de procedencia israelí, sí, patatas de un país cuyos gobernantes, con el apoyo mayoritario de sus ciudadanos, han hecho del exterminio de seres humanos y de la invasión de territorios, su leitmotiv.
Las peticiones cursadas a Mercadona, para la retirada de su lineal de verduras y hortalizas de patatas de procedencia israelí, no han tenido respuesta por parte de la empresa, se da también la circunstancia de que la información de esa procedencia se omite en su propia web.
Se puede comprender que cualquier actividad mercantil se realiza para ganar dinero, ese, y no otro, es el principal objetivo del negocio, pero hoy, más que nunca, la procedencia del beneficio debe ser lo más ético posible. Por la actitud del gobierno israelí, el beneficio apalancado en genocidas puede ser considerado como abominable, la procedencia importa y mucho.
Como consumidores debería preocuparnos que los beneficios de cualquier compañía, incluido por supuesto Mercadona, no estén basados en la explotación, el exterminio, el deterioro del medio ambiente, la falta de moralidad, etc. Puede llegar a generar angustia adicional, pensar que las simples patatas vendidas por Mercadona, procedentes de Israel, hayan sido cultivadas en territorios ocupados mediante violencia por colonos israelíes.
Seamos responsables como consumidores, leamos la procedencia de los productos que consumimos y descartemos de nuestra cesta de la compra todo aquello que nos genere repugnancia.
JC