Sobre CRÓNICA DE MEDIOCRES

Lo he llamado Crónica de Mediocres porque creo que la mediocridad es una de las palabras que mejor definen el momento en el que vivimos. La vida pasa deprisa, las oportunidades también y entre ambas dos no hay tiempo para mejorar nada, es más, lo mejor penaliza, no se compra, la calidad se desprecia.

He elegido esta foto porque de alguna forma refleja lo antedicho, primero porque está algo borrosa, no se ve con claridad, y segundo porque para mi, esa araña es la representación de la mediocridad y su tela es el entramado en el que los mediocres caerán, caeremos, y desde la cual impedirá que escapemos, sólo unos pocos conseguirán salir, seamos nosotros.

Espero que os guste y para hacerlo más atractivo, podéis dejar vuestros comentarios picando en el título de cada entrada.

miércoles, 28 de mayo de 2014

Crónica de Mediocres 59

Sobre Arenas Movedizas

Los viejos partidos políticos del estado español impedirán por todos los medios la renovación de sus sangres, harán tímidas concesiones para aparentar lo contrario de a lo que el endogamismo les ha llevado.

Abrir sus viejas carnes implicaría participación externa y falta de control sobre sus "prioridades": perpetuarse en la alternancia en el poder.

Sobre los resultados electorales del 25 de mayo, hay que ser cauto y realista: la abstención ha sido muy alta, esto ha perjudicado a los fomentadores de la partidocracia y por ello, formaciones "minoritarias" han surgido dejando a los ancianos con los cimientos quebrados y sobre arenas movedizas. No obstante, esta situación espoleará la cólera de los viejos que arremeterán con toda la virulencia de la que son capaces, para truncar cualquier atisbo de alternancia. La tercera edad de la política intentará movilizar a todos esos seguidores que no les apoyaron en las pasadas elecciones.

Los nuevos actores, no nos engañemos, han obtenido, por la ilusión de todas aquellas personas que les han confiado el voto, unos resultados cercanos al máximo de lo que se podría esperar, es por ello que el margen de crecimiento que de momento tienen es reducido.

Ahora bien, lo que se ha iniciado puede ser el inicio de la necesaria regeneración que pide a gritos la sociedad civil, hay que apalancarse en los hitos del día 25 y no dejar de hablar de un cambio a más democracia desde la democracia, de la necesidad de una mayor participación ciudadana en las cuestiones que más nos importan y que más impactan en nuestro día a día, en nuestras vidas, en el futuro. Hay que apalancarse en primarias, en listas abiertas, en una separación de poderes efectiva que dé al judicial la independencia de la que ya no dispone, hay que apalancarse en la consecución de un pacto por la educación concebido para durar como mínimo una generación, en la laicidad completa sin injerencias ni concesiones a las religiones, en garantizar las libertades y ser implacables con la corrupción.

Palancas hay muchas y los recién llegados deben usarlas para conseguir un país en el que sus Ciudadanos se sientan orgullosos de vivir en él. Desde la Ciudadanía utilizaremos todas esas palancas para conseguir una sociedad preparada, responsable, honesta y civilizada, características indispensables para llegar a conformar un país que se respete a si mismo.

JC

sábado, 17 de mayo de 2014

Crónica de Mediocres 58


Yo y Mis Avatares
 
Los habitantes cibernéticos tenemos que ser conscientes de que a través de internet convivimos, de una forma más o menos camuflada, pero convivimos. Posiblemente nuestros comportamientos no sean los mismos en la vida real y esa que adoptamos vía avatar y es precisamente por eso, que debemos asumir que en esa nueva dimensión vital, también hay normas y leyes. Unas leyes que no tienen por qué diferir de las que rigen el mundo físico.

Quizás es porque considero que yo y mis avatares tenemos una esencia común, un tronco ético idéntico y una actitud ante la vida interrelacionada, por lo que no comprendo esa necesidad que tienen los gobiernos de cambiar o crear nuevas leyes  con la inútil intención de coaccionar al ciudadano y disuadirle para que deje de hacer lo que a ellos no les gusta.

Son muchos siglos de civilización y todo está legislado, quizás queden pequeños retoques para eliminar determinados privilegios asignados a castas dominantes y adaptar la legislación transfronteriza para resolver algún fleco, pero en general, nuestras relaciones están reguladas para que exista un equilibrio entre lo que socialmente es aceptable, o correcto, y lo deleznable, ilegal u ofensivo.

Al gobierno, a este gobierno, le molestan las libertades, le molesta que la información fluya, le molesta que la gente analice y obtenga sus propias conclusiones, quiere ciudadanos pasivos, acomodados, que se dejen llevar y que se comporten como en aquellas épocas en las que, el pueblo mísero y explotado, mostraba un agradecimiento, casi infinito, si podía comer con las migajas que se caían desde las mesas de los mal llamados señores.

En este punto estamos, quizás en una marcha atrás vertiginosa a la que, legítimamente, nos resistimos y nos exalta, y como no estamos contentos, utilizamos todos los medios a nuestro alcance para expresar la disidencia entre lo que quieren imponernos y lo que nosotros queremos para nuestra vida.

Entre esos medios, con una capacidad enorme de diseminación,  está la internet, el altavoz de la ciudadanía, donde todos somos iguales y nadie se nos impone. Si a esto además le unimos la facilidad que los móviles nos dan para estar conectados desde casi cualquier punto del orbe mediante las tecnologías inalámbricas, la velocidad de reacción ante determinados llamamientos es casi inmediata.

No tengo ninguna duda de los beneficios de las redes sociales, tampoco tengo duda alguna sobre los perjuicios que puntualmente pueden provocar cuando el avatar no reflexiona lo suficiente sobre las consecuencias de sus actuaciones en la red. La presión a la que puede verse expuesta una persona, debido a la trascendencia que una información personal a través de internet, puede llegar a ser insoportable  y es en base a nuestra propia responsabilidad (y la de nuestros avatares), como podemos evitar esto.

No me gusta el perverso uso de las nuevas tecnologías de las comunicaciones que algunas personas, medios, empresas, gobiernos, etc. hacen. No me gusta que se utilice el anonimato para lanzar proclamas e incitaciones dirigidas a gente que no mide sus reacciones. Tampoco me gusta la criminalización que se hace del medio ya que es mas el beneficio que de la red obtenemos que los males que suelen magnificar malintencionadamente.

Legislar a impulsos, demuestra incompetencia, en dos años las mordazas con las que, los mal llamados populares, nos están intentando callar espero que se vean eliminadas a medida de que los tribunales vayan recibiendo demandas contra los abusos del partido actualmente en el poder. La ley está bien como está y no necesita de enmiendas contra las libertades ya que los derechos están garantizados.

De seguir así, este gobierno del pp, dejará un país más parecido a Venezuela que al resto de Europa y eso a mi no me gusta.

JC

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