Ciudadanos
o el Partido de la Corrupción y el Neofascismo
Albert Rivera, Ignacio Aguado, Juan
Trinidad, Inés Arrimadas, José Manuel Villegas y, previsiblemente, Begoña Villacís,
esta Crónica de Mediocres está especialmente dedicada a ustedes. Asimismo, es
ampliable a todos aquellos representantes de Ciudadanos, en cualquiera de los
niveles legislativos, que se arrodillan ante el partido más corrupto que hay en
España, el partido popular, y a la derecha, sin complejos, que quiere domar la
voluntad de todas las personas que no bebemos los predicados instaurados por el
golpista Franco, tan añorados por Vox, la escisión del partido corrupto.
Desde el profundo respeto que le tengo a
todos los votantes de ciudadanos, votantes que estoy seguro de que en un buen número
están tan estupefactos como yo de ver como la dirección del partido establece
alianzas con los partidos azul y verde, trataré de explicar, en muy poquitas líneas,
mi tristeza por la mediocridad y desprecio por la ética democrática de la
formación a la que, una vez, estuve muy cerca de votar.
Ciudadanos ha aceptado que la corrupción del
partido popular, en contra de lo que siempre han dicho, es buena para saciar
las ansias de tocar poder que los anteriormente nombrados tienen. Les falta
paciencia para conseguir por ellos mismos lo que ansían y llegan a una extraña
simbiosis con los corruptos populares para satisfacer sus respectivos egos. Con
este comportamiento, señoras y señores de ciudadanos, en mi fuero, les
considero tan corruptos como a los innobles populares.
Por la otra parte, y a pesar de la
indignante negación de la realidad, el apalancarse en los representantes de los
votantes de Vox (que han mostrado más coherencia y solvencia que ciudadanos),
un partido fundamentado en un ideario que da poco margen al librepensamiento,
la libertad de creencias, la libertad sexual, la igualdad de derechos entre
hombres y mujeres, etc. hacen que ciudadanos haya caído a la más indecente de
las servidumbres. No quiero dejar de expresar mi respeto a los votantes y representantes
de Vox, ya que, aunque no me gustan sus fundamentos políticos, lícito es que
tengan voz y voto.
Finalizo mi crónica con un deseo: ya que
el partido naranja ha asumido, por cuatro granos de alpiste, ayudar al partido
popular en su voluntad de perdurar como claro ejemplo de la corrupción institucional
partidaria, lo lógico sería que los votantes de esas corrupciones se decidiesen
con por los azules y no dejen que continúe respirando otro partido que podría
caer en las mismas malas prácticas.
Bueno sería también, por salud política y
democrática, que desde las instituciones europeas mantengan la coherencia hasta
ahora mostrada, de expulsar del grupo liberal a este innoble conjunto de inmorales
traidores, lo siento sr. Garicano, todavía está a punto de desmarcarse de sus
compañeros de viaje.
JC
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios podrían estar sujetos a moderador. Se agredecería que no fuesen anónimos.