Sobre CRÓNICA DE MEDIOCRES

Lo he llamado Crónica de Mediocres porque creo que la mediocridad es una de las palabras que mejor definen el momento en el que vivimos. La vida pasa deprisa, las oportunidades también y entre ambas dos no hay tiempo para mejorar nada, es más, lo mejor penaliza, no se compra, la calidad se desprecia.

He elegido esta foto porque de alguna forma refleja lo antedicho, primero porque está algo borrosa, no se ve con claridad, y segundo porque para mi, esa araña es la representación de la mediocridad y su tela es el entramado en el que los mediocres caerán, caeremos, y desde la cual impedirá que escapemos, sólo unos pocos conseguirán salir, seamos nosotros.

Espero que os guste y para hacerlo más atractivo, podéis dejar vuestros comentarios picando en el título de cada entrada.

jueves, 3 de enero de 2013

Crónica de Mediocres 27


Publicado el 12 de septiembre de 2012

PARO JUVENIL

¿Cómo se podría mejorar el paro juvenil? El 46% de los jóvenes españoles no tienen trabajo. Esta pregunta fue lanzada por José de Rafael el día 11 de septiembre desde su grupo RIGHT PERSON a través de Linkedin.

Esta es posiblemente una de las preguntas con más difícil respuesta de todas las que envuelven el panorama económico laboral español. El paro juvenil y como disminuirlo.
Mi opinión personal al respecto no es nada amable para con nuestra sociedad y complicado veo que haya una receta para cambiar la tendencia que durante lustros hemos abonado. Han sido muchos años de, con carácter general, querer lo mejor para nuestros hijos, casi todos los padres hemos apostado por una formación mayor y más profunda, se supone que mejor, para nuestros hijos, en muchos, muchísimos casos se ha apostado por la universidad, en otros por la formación profesional y por desgracia en otros directamente no ha habido apuesta. Con esto lo que hemos conseguido es, y es de dominio público, las generaciones mejor formadas que nunca haya tenido nuestro país.
Pero, ¿cuál ha sido la correspondencia o la perversa consecuencia de este exceso de formación?, por un lado un desempleo escandaloso en los jóvenes sin formación o sin cualificación, por otro, unos estudiantes de formación profesional que se ven desplazados por universitarios y, para cerrar el círcul, unos universitarios que, en su gran mayoría, si consiguen un empleo, su titulación no es necesaria para el trabajo que van a desarrollar, por lo que al inicio de su vida laboral, nuestros universitarios, no contaban con la cualificación necesaria. Es paradójico, pero es así. Un ejemplo: las distintas administraciones del estado están estructuradas de acuerdo a los niveles de estudios, esto puede llevar a que un abogado se vea inducido a trabajar en un área administrativa de tecnologías de la información. O que un funcionario, por no tener una titulación superior, no pueda optar a un nivel X, en detrimento de su experiencia y/o brillantez.
Volvamos al tema del empleo juvenil, olvidándonos de las administraciones que ya tenemos asumido que están al margen de todo el bien que pueda necesitar la sociedad, para mitigarlo, sería necesario un cambio de mentalidad en las familias, en los empleadores y como no, en los propios afectados.
Desde las familias, debemos inculcar a nuestros descendientes la necesidad de complementar, simultaneándolos, la formación con la ocupación remunerada, no es importante que ocupación pueda ser, pero si es importante que desarrolle el sentido de responsabilidad en  las actividades desarrolladas y que esa responsabilidad vaya generando, junto con los estudios, un verdadero sentido de auto control de sus propias vidas. Actualmente, la amplia oferta formativa y la exigencia de más y más preparación, lleva a nuestros jóvenes a incorporarse al mercado laboral con edades que demasiadas veces superan la treintena. El tener que responder de una actividad paralela a la formativa, conforma personas con una mejor percepción de la realidad, experiencia y capacidad de decisión.
La contratación de aprendices, becarios o llámese como se quiera, permite a los empleadores comprometerse con la sociedad en la que viven y de alguna manera, intentar modelar la idoneidad de sus futuros empleados para llegar a alcanzar los objetivos que como empresarios se han marcado. Darle trabajo adecuadamente remunerado a futuros profesionales por una o dos horas diarias, semanales o mensuales, es lo mismo, permite a los empleadores chequear las actitudes y aptitudes de jóvenes estudiantes de cara a una posible oferta de empleo a la vez que facilita a los futuros empleados conocer sobre el terreno los pros y los contras de ese mundo que les está por llegar con todas sus posibilidades y crudeza.

En España nos sobran regulaciones sobre empleo juvenil y nos faltan empresarios con la suficiente ética como para incorporar, por un coste justo y sin que se aproveche como mano de obra barata a manos inexpertas o en formación, a jóvenes que con la adecuada progresión, tomen las riendas del futuro. 

Publicado el 12 de septiembre de 2012

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