Publicado el 12 de
septiembre de 2012
PARO JUVENIL
¿Cómo se podría mejorar el paro juvenil? El 46% de los
jóvenes españoles no tienen trabajo. Esta pregunta fue lanzada por José de
Rafael el día 11 de septiembre desde su grupo RIGHT PERSON a través de
Linkedin.
Esta es posiblemente una de las preguntas con más
difícil respuesta de todas las que envuelven el panorama económico laboral
español. El paro juvenil y como disminuirlo.
Mi opinión personal al respecto no es nada amable para
con nuestra sociedad y complicado veo que haya una receta para cambiar la
tendencia que durante lustros hemos abonado. Han sido muchos años de, con
carácter general, querer lo mejor para nuestros hijos, casi todos los padres
hemos apostado por una formación mayor y más profunda, se supone que mejor,
para nuestros hijos, en muchos, muchísimos casos se ha apostado por la
universidad, en otros por la formación profesional y por desgracia en otros directamente
no ha habido apuesta. Con esto lo que hemos conseguido es, y es de dominio
público, las generaciones mejor formadas que nunca haya tenido nuestro país.
Pero, ¿cuál ha sido la correspondencia o la perversa
consecuencia de este exceso de formación?, por un lado un desempleo escandaloso
en los jóvenes sin formación o sin cualificación, por otro, unos estudiantes de
formación profesional que se ven desplazados por universitarios y, para cerrar
el círcul, unos universitarios que, en su gran mayoría, si consiguen un empleo,
su titulación no es necesaria para el trabajo que van a desarrollar, por lo que
al inicio de su vida laboral, nuestros universitarios, no contaban con la
cualificación necesaria. Es paradójico, pero es así. Un ejemplo: las distintas
administraciones del estado están estructuradas de acuerdo a los niveles de
estudios, esto puede llevar a que un abogado se vea inducido a trabajar en un
área administrativa de tecnologías de la información. O que un funcionario, por
no tener una titulación superior, no pueda optar a un nivel X, en detrimento de
su experiencia y/o brillantez.
Volvamos al tema del empleo juvenil, olvidándonos de
las administraciones que ya tenemos asumido que están al margen de todo el bien
que pueda necesitar la sociedad, para mitigarlo, sería necesario un cambio de
mentalidad en las familias, en los empleadores y como no, en los propios
afectados.
Desde las familias, debemos inculcar a nuestros
descendientes la necesidad de complementar, simultaneándolos, la formación con
la ocupación remunerada, no es importante que ocupación pueda ser, pero si es
importante que desarrolle el sentido de responsabilidad en las actividades desarrolladas y que esa
responsabilidad vaya generando, junto con los estudios, un verdadero sentido de
auto control de sus propias vidas. Actualmente, la amplia oferta formativa y la
exigencia de más y más preparación, lleva a nuestros jóvenes a incorporarse al
mercado laboral con edades que demasiadas veces superan la treintena. El tener
que responder de una actividad paralela a la formativa, conforma personas con
una mejor percepción de la realidad, experiencia y capacidad de decisión.
La contratación de aprendices, becarios o llámese como
se quiera, permite a los empleadores comprometerse con la sociedad en la que
viven y de alguna manera, intentar modelar la idoneidad de sus futuros
empleados para llegar a alcanzar los objetivos que como empresarios se han
marcado. Darle trabajo adecuadamente remunerado a futuros profesionales por una
o dos horas diarias, semanales o mensuales, es lo mismo, permite a los
empleadores chequear las actitudes y aptitudes de jóvenes estudiantes de cara a
una posible oferta de empleo a la vez que facilita a los futuros empleados conocer
sobre el terreno los pros y los contras de ese mundo que les está por llegar
con todas sus posibilidades y crudeza.
En España nos sobran regulaciones sobre empleo juvenil
y nos faltan empresarios con la suficiente ética como para incorporar, por un
coste justo y sin que se aproveche como mano de obra barata a manos inexpertas
o en formación, a jóvenes que con la adecuada progresión, tomen las riendas del
futuro.
Publicado el 12 de septiembre de 2012
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