Los franceses generalmente son un pueblo que no me
inspira, es mas, quizá por aquello de su estereotipo chovinista y por el hecho
de la poca ayuda que en el pasado España ha recibido de ellos, me parecen
antipáticos. Pero hay actitudes del vecino del norte que merecen mi admiración
y que me gustaría que los españoles copiásemos de ellos. No puedo decir, ya que
no tengo mucho conocimiento del pueblo francés, que lo que voy a escribir a
continuación, sea una marca de la identidad del francés, pero como da la
casualidad de que esto lo he oído o leído de ciudadanos de aquél país y lo echo
de menos entre mis conciudadanos, se me
ocurre que podríamos imitarlos.
En la década de los ochenta leí un artículo, no
recuerdo en qué periódico, en el que se entrevistaba a funcionarios de muchos
países europeos. Eran funcionarios, digamos normales, lo que aquí conocemos como
“curritos”, entre los entrevistados no había mandos. Una de las preguntas que
le hacían a estos empleados públicos era algo así como ¿por qué ha querido
usted ser funcionario?, la respuesta que más me impresionó fue la de la
funcionaria francesa. Esa señora explicaba como, a pesar de perder dinero en
relación con la empresa privada, la satisfacción de ayudar a sus conciudadanos desde
una oficina gubernamental, había sido algo que siempre le había atraído, su
trabajo le daba la oportunidad de hacerle la vida un poco más fácil a la gente
que se acercaba a su ventanilla. Destacaba también esa señora el hecho de que
con lo que cobraba tenía suficiente para desarrollar la vida que ella deseaba
para si misma.
Otro caso venido del país vecino que me ha llamado la
atención ha sido el que afecta al ex ministro de Presupuesto, Jérôme Cahuzac.
Este señor se pasó tres meses negando que tenía una cuenta secreta en Suiza y
finalmente dimitió porque tuvo conocimiento de que la fiscalía lo consideraba
sospechoso de blanqueo de capitales, fraude fiscal y de haber cobrado fondos
ilegales de la industria farmacéutica. Pues bien, hoy 2 de abril de 2013, el
exministro ha admitido que mintió al presidente Hollande, al fisco y que sí,
que efectivamente tuvo una cuenta en Suiza, también ha declarado que se
enfrentará a su futuro sin problemas. Por su parte el presidente Hollande, sin
ambages, ha declarado que la actuación de su ministro ha sido un “fallo moral
imperdonable”. ¿Por qué en España los
corruptos se muestran tan cobardes y no admiten sus errores?
Por último, otra de las cosas que me gusta de los
galos es su orgullo, no hablo de chovinismo, entre el orgullo patrio y el
chovinismo hay una gran distancia. Los franceses se unen en lo que afecta al
interés general, o lo que es lo mismo, cuando hay algo que va a beneficiar a
todos, no tienen dudas de lo que tienen que hacer, arrimar el hombro y empujar
todos en el mismo sentido para alcanzar lo que se proponen. El sentimiento
colectivo está por encima del egoísmo personal y pernicioso. Me gustaría que en
mi país siguiésemos un modelo similar, que aunásemos fuerzas e ideas a través
de nuestra gran capacidad con el fin de superar todas esas diferencias que nos
mantienen en el profundo hoyo de las diversas crisis que sufrimos. Me gustaría
que nuestros políticos, esos a los que tanto les gusta decir que nos
representan, tomasen su misión con seriedad, pensando en el bienestar del
ciudadano, olvidando las rivalidades partidistas, haciendo frente común para que
desde la unidad, disminuyan el nivel de tensión que transmiten a la sociedad,
que se acerquen a los administrados (que palabra más pasiva) y que sean capaces
de ver cual es la verdadera aportación que deben hacernos para mejorar día a día
la convivencia en nuestra España. Me gustaría que nuestros políticos, todos,
nos preguntasen ¿qué necesitáis? En lugar de darnos lo que ellos creen que
necesitamos.
JC
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios podrían estar sujetos a moderador. Se agredecería que no fuesen anónimos.