Han sido dos años larguísimos, sólo dos años y
la sensación es de que han pasado décadas (de alguna forma así ha sido, décadas
en retroceso, quizás algún siglo), un 21 de diciembre los españoles salíamos de
un gobierno nefasto para entrar en otro abominable (los adjetivos se acaban, no
seremos capaces de soportar algo peor). Zapatero parecía, era, una marioneta,
con él todos los españoles, pero el autista Rajoy, que también podría ser llamado el Ciego, ha entrado en la categoría de
títere, nos ha llevado a todos a una la categoría comparable con la era feudal.
España pasa por una grave crisis y no es
económica, es de carácter, es de convicción, es de identidad, es de falta de
autoestima, es de entrega, de resignación, de valor y de valores. Rajoy
representa muy bien la rueda en la que nos hemos metido los españoles, es fiel
reflejo de una sociedad carente de reflejos, abandonada a un destino de
mediocres hundida en un barrizal de inoperancia y entre tanta decadencia, sin
capacidad de asumir la propia responsabilidad, mira hacía otro lado y culpa de
todos sus males a la perversidad de aquellos otros que, acertadamente o no, se
apalanca en este pueblo de falsos orgullosos para enriquecer sus propios egos.
En estos días de cumplen dos años del
principio de la nueva realidad española, realidad encarnada por Mariano Rajoy,
el Ciego Autista, una realidad que se ha forjado al dictado de los bárbaros del
norte, de aquellos que grano a grano, piedra a piedra fueron durante un par de
décadas comprando un país que, desconocedor de su propio potencial y aceptando
un modo de vida falso, quiso vender su esencia para entrar en un club para el
cual sus colmillos no estaban lo suficientemente afilados.
La estrategia de los norteños, gente paciente
y que sabe que las conquistas son más exitosas cuanto más incruentas hayan
sido, ha llegado a su cénit, esperando el grado justo de madurez, con este
nefasto gobierno del posiblemente más impopular de los populares gobiernos
posibles, el de Rajoy.
Durante el gobierno del nefasto Rajoy, el Ciego Autista y el
ejecutor, las reformas necesarias para comenzar a ser el “asia” de Europa, se
han consolidado, la mendicidad de estado se ha instaurado, la entrega de sus
ciudadanos al circo del dinero ha quedado definitivamente instaurada para
muchas décadas. OCDE, FMI, UE, y todas las siglas que podamos imaginar, han
presionado y hasta estrangulado hasta que han conseguido de “el autista”, la
respuesta que esperaban: españoles, montad en el sur de Europa algo equiparable
a China e India, españoles, montad un laboratorio, que nosotros
subvencionaremos, en el que poder experimentar las más opresoras medidas contra
los trabajadores a modo de lo que teníamos a finales del siglo XIX. Y Mariano
Rajoy, el Ciego Autista, valiente como pocos han demostrado, asumió como su más firme empresa
aquello que el Zapatero tímidamente comenzó.
Hoy, dos años, dos larguísimos años después,
España se desmiembra y acentúa las diferencias entre sus clases sociales
aumentando la población entre los más pobres y aumentando la riqueza entre los
ricos, la clase media, maltratada, también se empobrece y pierde capacidades y
la resignación parece instaurarse entre asalariados y pequeños empresarios.
Dos años después:
· Una reforma laboral nos
instaura en el feudalismo.
· Los recortes presupuestarios
envían al quinto infierno lo que llegó a ser un referente mundial en cuanto a
modelo sanitario.
· La población ha sufrido la
más vejatoria de la humillaciones con la merma de las ayudas a la dependencia.
· La educación parece querer
ser un privilegio de las familias más adineradas y un escarnio para aquellos
con un peculio escaso.
· El expolio de lo público
llega a su más alto estadio y el partido del sr. Rajoy da muestras inequívocas
de falta de colaboración con la justicia.
· A los ciudadanos se nos
reprime con una ferocidad inusitada cuando queremos manifestarnos en las
calles. Se nos criminaliza, se nos detiene, se nos multa, se nos golpea, se nos
denigra, se nos desprecia.
· Los jueces que se atreven, o
mejor dicho intentan, actuar contra la corrupción, se ven denunciados, sentados
en el banquillo y hasta inhabilitados como escarnio por tal osadía.
· El ministerio fiscal ejerce
de defensa de presuntos delincuentes y elude investigar lo que en cualquier
otro país de nuestro entorno sería aclarado en un par de meses.
· En el Congreso de los Diputados
se ha dicho “que se jodan” a un amplio grupo de ciudadanos y la infame diputada
aún cobra de nuestros impuestos y continua poniendo su culo en un escaño que no
se merece.
· Se legisla, al amparo de una
obscena mayoría absoluta, con total desprecio a los que no votaron al PP.
Dos años después de instaurarse Rajoy, el Ciego Autista, en La
Moncloa, los españoles vivimos peor, ganamos menos, tenemos un futuro mucho más
incierto y se nos amordaza.
Han sido dos años larguísimos, han sido dos años
verdaderamente malos.
JC
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