Sobre CRÓNICA DE MEDIOCRES

Lo he llamado Crónica de Mediocres porque creo que la mediocridad es una de las palabras que mejor definen el momento en el que vivimos. La vida pasa deprisa, las oportunidades también y entre ambas dos no hay tiempo para mejorar nada, es más, lo mejor penaliza, no se compra, la calidad se desprecia.

He elegido esta foto porque de alguna forma refleja lo antedicho, primero porque está algo borrosa, no se ve con claridad, y segundo porque para mi, esa araña es la representación de la mediocridad y su tela es el entramado en el que los mediocres caerán, caeremos, y desde la cual impedirá que escapemos, sólo unos pocos conseguirán salir, seamos nosotros.

Espero que os guste y para hacerlo más atractivo, podéis dejar vuestros comentarios picando en el título de cada entrada.

viernes, 1 de agosto de 2014

Crónica de Mediocres 62

El Autista

La poca vergüenza de la mayoría de los políticos de nuestro país, España, ha quedado patente hoy, día uno de agosto de dos mil catorce, en una desvergonzada comparecencia ante la prensa del presidente del gobierno Mariano Rajoy, el autista.

Sinceramente, siendo el presidente del gobierno de España, no sé para quien gobierna, sí tengo claro para quien no gobierna: no gobierna para la mayoría, no gobierna para los ciudadanos (y dentro de los ciudadanos hay empleados, empleadores, jubilados, parados, minusválidos, superdotados y menosdotados).

Rajoy, el autista, está orgulloso del trabajo que ha hecho y no comprende como no somos capaces de apreciar su buen hacer, su milagro, su apisonadora, su estrujadora y su macabra visión de la realidad por la que pasa un porcentaje muy alto de los moradores de este maltrecho país en venta por dos escasos céntimos de euro.

El autista Rajoy, en su comparecencia de hoy ha demostrado estar muy mal aconsejado, su triunfalismo, su necesidad de que nadie afee lo que considera una actuación ejemplar en sus acciones de gobierno, le ha llevado a pronunciar un discurso insensible, pobre, previsible, despreciativo e irrespetuoso. Ahora bien, si su plática estaba dirigida a banqueros, compañías eléctricas y de telecomunicaciones, especuladores, gestores de fondos buitres, farmacéuticas, petroleras, y en general al dinero, dinero al que rinden todos los honores y del cual, posiblemente, sólo reciba desprecio por el comportamiento tan rastrero que demuestra para tenerlos contentos.

El discurso del que posiblemente ya sea el peor de los peores presidentes del gobierno que hemos sufrido los españoles, superando incluso a su antecesor, ha sido muy poco afortunado teniendo en cuenta que:

·      Rajoy tiene más parados de los que nunca ha tenido España, fruto todo ello de la pornográfica apertura al despido libre.
·      Rajoy tiene el mayor nivel de pobreza infantil desde la posguerra. A que escandaloso grado de pobreza se ha llegado, que gente de su gobierno ha tenido la imprudente osadía de querer censurar a Cáritas.
·      Rajoy, el feudalista, ha  amparado la bajada de salarios en un país que tiene los más bajos de Europa. Contratos basura, para aliviar artificialmente las listas del paro, ha retrotraído el nivel del empleado a aquellos tristes años en los que un trabajo a tiempo completo no te garantizaba una vida independiente.
·      Rajoy, el ecuánime, ha lanzado una brutal presión fiscal a las clases medias y bajas, sus consecuencias se han hecho patentes en los bajos niveles de consumo de la mayoría de los ciudadanos.
·      Rajoy, el justiciero, ha limitado el acceso a la justicia imponiendo unas tasas judiciales que son lo suficientemente abusivas como para que cualquier persona con unos ingresos medios prefiera olvidarse de la lenta y perezosa justicia española y aguantarse con “su mala suerte”. Esta medida del que se cree un gran estadista, fomenta, más que nunca le abuso, el robo, la extorsión, de empresas y de la propia administración.
·      Rajoy, el cría incultos,  a través de su ministro de, mal llamada, educación, ha conseguido generar una gran desconfianza en el futuro, con esa ley de educación que a pocos ha convencido.
·      Rajoy, banquero, ha entregado nuestros dineros a una banca indecente gestionada por políticos que inexplicablemente, son más honorables que el que roba una naranja.
·      Rajoy, el católico, mantiene los dogmas de su religión incumpliendo la Constitución y entrelazando, más si cabe, la política y el catolicismo.
·      Rajoy, el protector, ha impuesto, con sus recortes, la desprotección de los más débiles, privándoles de sanidad y servicios sociales. Reformas apresuradas implementadas a través de las comunidades autónomas.
·      Rajoy, el amigo de los corruptos, en sus responsabilidades como jefe del partido del gobierno se ha mostrado incapaz de expulsar del PP y del propio gobierno, a tanto sospechoso como tiene alrededor.
·      Rajoy, el sordo, ha mostrado una torpeza monumental en su capacidad de hacer política y se ha ganado el deshonroso honor de ser el gobierno que menos ha dejado participar en las cuestiones de estado, al resto de los representantes de los ciudadanos.

No voy a negar que este mediocre gobierno tomó las riendas de España en una situación muy difícil, pero un gobierno miope, cortoplacista, entregado a las instituciones internacionales y desarbolado en todos los frentes, posiblemente sin pretenderlo, aunque no lo parezca, se ha dejado llevar por aquellos a los que quiere, o quería agradar, y ahora es demasiado tarde para gobernar para el bienestar de los electores en lugar de para la avaricia del dinero.

España, cada vez estoy más convencido, ha sido y continua siendo, después de Grecia, un experimento, un macabro experimento que, recordando la actuación de sanguinarios fascistas del pasado, quieren convertir el sur de Europa en un enorme campo de concentración al servicio de los dueños de Europa. Rajoy, en mi percepción, es el brazo ejecutor de esos entes dominantes.

JC

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