Las
reminiscencias casposas y absolutistas del periodismo español
Dedicado a Indas, Maruendas, Jiménistas de los Santos y demás ponzoñosos ejemplos de lo que se confunde como periodismo.
Bueno, me ha costado un poco pero aquí lo
tengo, y digo que me ha costado porque la verdad es que no se me había ocurrido
esto de recurrir a la web para tomar la muestra de aquello que, bajo mi propio
prisma y forma de vida, me parece indecente y me ha llevado a poner en duda
casi todo lo que desde los medios se disemina a los cuatro vientos.
El ejemplo sobre lo que voy a escribir
puede verse a través de este link,
http://www.atresplayer.com/television/programas/lasexta-noche/temporada-1/capitulo-105-pablo-iglesias_2015012300402.html
, concretamente entre los 50:50 minutos y las 02:22:04 horas.
El escenario es muy sencillo: una cadena
de televisión, La Sexta, que emite un programa, La Sexta Noche, que, a través
de un moderador, Iñaki López, recibe a un invitado, Pablo Iglesias (líder de
Podemos), que será interrogado por tres periodistas (Lucía Méndez, Hilario Pino
y Rubén Amón), además de ser sometido a escarnio público por el que se
autodenomina periodista Eduardo Inda.
He elegido este ejemplo porque no me
encuentro identificado con el ideario de Podemos, aunque comparto, con bastante
simpatía, su atrevimiento de menear los cimientos de la anquilosada sociedad
española, con el sano objetivo de finalizar con la desleal actitud para con los
ciudadanos, de unos partidos políticos, principalmente pp y psoe, que se han
apoderado del sistema democrático español, para aprovecharse de la durmiente
actitud de unos ciudadanos que, confiados a sus brazos, se echaron a dormir
como despreocupados bebés, necesitados de arrullos y la satisfacción de las más
básicas necesidades para la subsistencia. En resumen, cualquiera que siga mi
trayectoria en las redes sociales podrá ver que mis preferencias políticas no
están alineadas con aquellos que, al parecer, son candidatos a tener un papel
principal en el cotidiano teatro que es la escena política.
Hablábamos de cuatro periodistas, un
moderador (también periodista) en un programa televisivo, en el que se recibe a un
invitado.
Analizando el desarrollo del programa,
vemos como el tiempo, que se espera sea repartido equitativamente entre todos
los entrevistadores, es repartido desproporcionadamente y es paradójico
observar como el periodista, al que más cuota de tiempo se le asigna, es el
único irrespetuoso del grupo, éste es Eduardo Inda. El representante del más
amarillo de los periodistas, se esfuerza, semana tras semana en mostrar y
demostrar como la ofensa, la calumnia, la difamación y la mentira, tienen total
cabida en un extraño entendimiento de lo que se llama libertad de información.
En la hora y media larga durante la cual
se extiende la comparecencia de Pablo Iglesias, puede observarse claramente
como los otros tres periodistas invitados, Pino, Méndez y Amón, tratan de
marcar distancias con el engreído Eduardo. Por su parte, La Sexta, a través de
su moderador, Iñaki López, corta descaradamente las intervenciones de aquellos
que intentan reconducir lo que la cadena no tiene ninguna intención de
corregir.
Este es para mi el paradigma de los
medios de comunicación españoles, medios totalmente arrodillados ante don
dinero que son capaces de tergiversar la objetividad, por el más sano de sus
propósitos: el beneficio económico.
A Lucía, Rubén e Hilario mi
reconocimiento por mantenerse a la altura del buen periodismo en un entorno
hostil y por ende nada favorable a seriedad y objetividad. A La Sexta y a la
dirección de La Sexta Noche, pedirles mayor complicidad con la ciudadanía y que
dejen de una vez de especular con la información apadrinando a jaleadores y a
mediocres criaturas como a esos mal llamados periodistas que hacen de la
mentira, o de la media verdad, un arma con la que aniquilar todo aquello que no
se encuentra en sintonía con sus planteamientos totalitarios.
A Iñaki López, pedirle más valentía, es
un periodista valioso y con potencial, pero demasiado dependiente del
pinganillo, cómodo y conservador, se echa de menos en él mayor control sobre lo
que está moderando y contundencia ante el desvarío de algunos de los habituales
del programa que se entiende debe moderar.
En nuestra España, determinados
periodistas se han tomado en serio eso de “el cuarto poder” y han hecho de él
su modus vivendi, y nosotros, los ciudadanos, sin ninguna capacidad para cribar
el grano de la paja.
Otras pruebas, véase el periodismo de La [sin]Razón sobre lo que para los chicos de Maruenda es la supernoticia del momento (vacaciones de la alcaldesa de Madrid) en la semana del 17 de agosto de 2015.
Actualización 4 de enero de 2016: no habiendo temas importantes sobre los que informar, La Sexta corta el telediario de las ocho para conectar en directo y dar protagonismo a un equipo de futbol, ¡y España cayéndose!.
Juan Carlos.
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