El
indecente estar de Rajoy
¡Cuánto me cuesta escribir esto! Y me
cuesta hacerlo porque estoy al borde de insultar a alguien, y eso es algo que
no me gusta. El insulto, tan habitual entre nosotros, entre los españoles, es
algo de que lo siempre he huido, aunque en determinadas ocasiones no lo he
conseguido.
Quizás ese insulto reprimido es el que me
anima a escribir y mantener esta Crónica de Mediocres y quizás esto también me
ayuda a reflexionar sobre lo que mi particular Pepito Grillo me transmite al
oído para que, antes de malpensar sobre tal o cual actitud personal, sea capaz
de ponerme en la piel de las personas, intentando entender las razones que
pueden llevar a alguien a realizar determinadas afirmaciones, acciones o a
mantener determinadas actitudes.
Ayer, el presidente del gobierno de
España, posiblemente enardecido por el baño de masas y dejándose atrapar por el
momento, dejo al descubierto lo que a mi entender es su “life motive” en el
ejercicio del cargo que, para nuestra desgracia, ha conseguido con el apoyo de
únicamente el 32% de los españoles con derecho a voto. Hoy tengo bien claro que
su objetivo principal, y casi exclusivo, es realizar todas las acciones
posibles para dejar allanado el camino con la finalidad de que don dinero sea
el único gobernante que maneje a su antojo el orbe de La Tierra, sin urnas, sin
consensos, sin libertad, sólo con talonario y asfixia económica para aquellos
que no beben de sus postulados.
Bueno, que no lo he dicho, las palabras
de Rajoy son: “… y quien habla hoy de recesión y de paro…” (aquí dejo la prueba
para el que quiera pueda oírlo de sus propia boca durante los segundos del 17
al 20: https://www.youtube.com/watch?v=q6Dwakk6hqY).
Esta indecencia de Rajoy le ha destapado
por completo, si el piensa que hoy no se habla de recesión y de paro, es que
desprecia a todas aquellas personas para las que la recesión está presente
diariamente en sus vidas, en sus mesas, en sus tratamientos médicos, en los
hospitales, en las escuelas y en la injusta justicia española, por sólo
mencionar algunos ejemplos. Rajoy desprecia a todas aquellas personas a las que
engloba ese 23,78% de paro del que informa la última encuesta de población
activa publicada en abril por el INE. Nada menos que 5.444.600 personas que
pueden asegurarle a nuestro nefasto presidente que ellos, por supuesto, hablan
hoy de paro, 5.444.600 personas que
pertenecen a familias cuyos miembros piensan todos los días en el paro. De
cuantas personas podemos estar hablando, de 10 de 15 millones, ¿son invisibles
todas ellas para Mariano Rajoy?, por sus palabras se desprende que sí.
Las encuestas también hablan de millones
de personas, trabajadoras en este caso, que aún habiendo salido de las listas
del paro, con los sueldos que cobran no tienen suficiente para cubrir las
necesidades básicas, ¿de verdad cree este presidente que todas esas personas no
hablan de recesión?
La historia más reciente, la de esta
legislatura, habla de millones de despedidos al amparo de una perversa reforma
laboral, que además ha empobrecido a algún que otro millón de trabajadores, con
bajadas de salarios o con nuevos empleos en los que, por el canino
aprovechamiento de inescrupulosos e insolidarios empresarios, los sueldos
cotizan a la baja en un elevado número de puntos porcentuales. El sr. Rajoy
puede tener por bien seguro que para estas personas la recesión forma parte de
sus vidas.
Por concluir, nuestro querido presidente
del gobierno hizo ayer gala de una indignidad tal, que hasta su disfraz huyó de
él.
JC
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