Quiero mucho a mi país, sí, a España; para mi es un
buen lugar que reúne casi todo lo bueno que se necesita para vivir, para vivir
tranquilo, sosegado, ayudando a su progreso unas veces y tomándose tiempo para
uno mismo en otras, equilibrando lo que te da y lo que te exige, intentando
igualarnos a todos en un marco legal que (salvo excepciones y despropósitos
servidumbristas de políticos aferrados a los euros que nos arrancan de nuestra
propia supervivencia) debería servir para que todos nos sintamos confortables.
Pero todo no es miel sobre hojuelas, para Alfredo
Pérez Rubalcaba parece ser que esa igualdad entre todos los ciudadanos, entre
todos los territorios y entre todas las comunidades que forman este complejo
país, no es algo que esté bien planteado, esta persona, al parecer ha dicho “Cataluña
tiene unos derechos que no están en la Constitución. Hay que reformarla para
recoger las singularidades históricas”
(http://www.ondacero.es/herrera-en-la-onda/entrevistas/rubalcaba-hay-singularidades-cataluna-que-conviene-recoger-constitucion_2013092400047.html
y http://politica.elpais.com/politica/2013/09/24/actualidad/1380011834_564642.html),
también ha recordado el hecho de que "un 70 o un 80% de los
españoles no votaron la Constitución". Sobre esto último, quiero hacer ver
que la Constitución actual no ha sido refrendada por los españoles. La Constitución que sí fue sancionada por
todos los españoles que en su momento reunían los requisitos para votar en el
referéndum al efecto, fue la de 1978. Pero la Constitución ha sufrido dos
modificaciones, una en el año 1992 y más reciente en 2011 (http://www.congreso.es/consti/constitucion/reforma
) tras las cuales, los ciudadanos no hemos sido convocados a consulta para
manifestar si queremos o no esa “Carta Magna”.
Indistintamente de que se trate de Cataluña o de “la
república independiente de mi casa”, la Constitución no puede ser objeto de
reforma para el beneficio de un territorio por muchos quebraderos de cabeza que
ese territorio esté dando. Si Alfredo Pérez Rubalcaba y su agonizante partido
socialista pretende vía reforma Constitucional establecer derechos distintos a
distintos territorios, estará admitiendo diferencias entre los ciudadanos,
ciudadanos con más y ciudadanos con menos derechos de acuerdo a su lugar de
residencia. Esto, de ninguna manera, debe tener cabida en lo que debe ser la
norma básica de la convivencia ciudadana procedente de territorios, por
supuesto, heterogéneos pero nunca superiores unos sobre otros.
Si finalmente los representantes políticos de los
ciudadanos que en un momento determinado les han votado se decidiesen a
realizar esa reforma constitucional, sería el momento de reivindicar el
refrendo de todos los españoles a la nueva propuesta con el objetivo de que
seamos las personas en las que reside la soberanía nacional, los que nos
encargásemos de aceptar o rechazar una España en la que unos tendrían más
derechos que otros, o lo que es lo mismo, tumbar un intento de Constitución que
podría establecer un sistema de castas que la Constitución de 1978 no
contemplaba.
Para finalizar, alertar a Alfredo Pérez Rubalcaba de
que la debacle electoral a la que se enfrentó el PSC, seguramente quedará
“ensombrecida” por próximos resultados del PSOE a la merced de sus propios méritos.
JC.
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