Preámbulo
Hoy voy a iniciar, a ver si soy disciplinado y lo
consigo, esta crónica llamada de mediocres y sí, sí va de política, mejor
dicho, de políticos, de esas personas que por el hecho de haber sido incluidos
en una papeleta electoral, en muchos casos con dudosa legitimidad, se creen con
el derecho de manejarnos la vida, de vivir de nuestro dinero, de apropiarse
de lo que no es suyo, de quedarse con lo
que es nuestro; de darnos la espalda.
De todos esos y esas tratará la Crónica de Mediocres,
y ¿por qué la he llamado crónica de mediocres?, pues la respuesta es muy
sencilla, las listas electorales que nos imponen los partidos y demás
agrupaciones políticas, están llenas de mediocres, la mayoría de esas personas
que con tanto protocolo han rellenado las distintas relaciones de acólitos, son
hombres y mujeres de paja que cumplirán escrupulosamente las consignas
recibidas desde su jerarquía, cuyo guión no abandonarán por dos motivos, el
primero y más duro: se verán obligados a pensar por si mismos y esto hay que
evitarlo; el segundo motivo es: en las siguientes elecciones podrán verse
excluidos y perderán ese parné que tan poco les ha costado conseguir.
La mayoría de las veces, “nuestros representantes” no
han realizado una sola actividad productiva, son siervos de sus formaciones y
tras éstas mismas se esconden y autojustifican sus méritos para creerse el
honorable merecimiento de representar a ciudadanos que en la mayoría de los
casos, no conocen, no respetan y no les importan.
Voy ha poner dos ejemplos muy simples y a la vez
ampliamente ilustrativos:
En una ocasión, hace varios años, envié a todos los
miembros del Congreso de los Diputados, vía correo electrónico, una petición
para que se tomasen en serio la modificación de la ley electoral para implantar
listas abiertas y una única circunscripción, el resultado fue este: más del 85%
de los correos electrónicos enviados no llegaron a sus destinatarios porque sus
buzones estaban llenos (o lo que es lo mismo, pasaban soberanamente del correo
electrónico abierto hacía los ciudadanos). De los poquitos que recibieron mi
correo electrónico, sólo me respondieron dos. Como veis, es muy ilustrativo.
El segundo ejemplo, es muy simpático, tiene que ver
con la Comunidad de Madrid, si enviáis una queja o reclamación vía web,
recibiréis, casi de inmediato un correo electrónico diciendo: “Le agradecemos
la presentación de su escrito, que nos ayuda a mejorar los servicios que la
Comunidad de Madrid presta a los ciudadanos. No dude en contactar con nosotros para cualquier
consulta adicional.”.
Después de este simpático email, nada de nada de nada. Mi
lectura es que los políticos piensan algo así como, ponemos una web para que
los ciudadanos crean que queremos tener relación directa con ellos, después no
hacemos ni caso a lo que recibamos y ¡ya estamos en la sociedad de la
información!
Bueno, de esto irá esta Crónica de Mediocres, espero
no aburriros. Una cosa antes de acabar, estas son opiniones, espero no molestar
a nadie.
JC
Publicado el 11 de junio de 2011
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