Sobre CRÓNICA DE MEDIOCRES

Lo he llamado Crónica de Mediocres porque creo que la mediocridad es una de las palabras que mejor definen el momento en el que vivimos. La vida pasa deprisa, las oportunidades también y entre ambas dos no hay tiempo para mejorar nada, es más, lo mejor penaliza, no se compra, la calidad se desprecia.

He elegido esta foto porque de alguna forma refleja lo antedicho, primero porque está algo borrosa, no se ve con claridad, y segundo porque para mi, esa araña es la representación de la mediocridad y su tela es el entramado en el que los mediocres caerán, caeremos, y desde la cual impedirá que escapemos, sólo unos pocos conseguirán salir, seamos nosotros.

Espero que os guste y para hacerlo más atractivo, podéis dejar vuestros comentarios picando en el título de cada entrada.

lunes, 15 de octubre de 2012

Crónica de Mediocres 31


En el islam la mujer tiene la llave

Lo ideal, en cualquier sociedad, es poder hablar de personas y dejarse de calificarlas de superiores o inferiores, dependiendo del sexo que, gracias a la lotería de los genes, a cada cual le haya podido corresponder en el reparto que la concepción tuvo a bien consolidar.

Pero la realidad es tozuda y aunque las tres grandes religiones monoteístas, cristianismo, judaísmo e islamismo, ponen a la mujer n peldaños por debajo de los hombres, es quizás en el islam donde el empecinamiento por apartar a la mujer de cualquier actividad que vaya más allá de lo que es la atención a sus hombres y a su casa, se hace más intransigente y produce una violencia tan grande que, a mis ojos, confina o intenta confinar a más del cincuenta por ciento de la población a la más miserables de las miserias. En los casos más extremos, la mujer que quiere cultivar su educación y ampliar su cultura acabará asesinada por hombres, que asustados por la falsa creencia de que una inteligencia más desarrollada que la suya, puede desplazarlos de los centros en los que se toman las decisiones.  

Personalmente y referente a las mujeres, lo que el hombre del islam me transmite es inseguridad, violencia, complejo de superioridad, poca capacidad para aceptar la convivencia con personas que profesan puntos de vistas diferentes al suyo y un alto porcentaje de misoginia. ¿Qué le ha podido pasar al hombre islámico para que haya podido llegar a tal grado de absurda conducta? sería un buen tema de análisis por parte de sicólogos, sociólogos y antropólogos.

Pero una parte de la responsabilidad de que el musulmán no acepte la igualdad intelectual entre hombres y mujeres, es, por un lado, precisamente la pasividad de las propias mujeres aceptando un rol de categoría inferior a la del varón y por otro lado la inhibición de aquellos hombres que estando convencidos de que la igualdad y capacidad de ambos sexos es la misma, no son capaces de mantener su posición ante aquella parte de la comunidad que prefiere y se aprovecha de la exaltación del macho para el mantenimiento de sus privilegios sociales. Y es por esto último por lo que la mujer, en general y sobre todo en el islam, debe tomar las riendas de su propia dignidad y manejarlas de forma que la encamine hacia la creencia de que llegar a un estatus igualitario es posible.

El camino es y será arduo, la travesía será fatigosa, peligrosa, en muchos casos mortal y en todos los casos las presiones, desde todos los ámbitos de los poderes islámicos, se harán insoportables, pero el convencimiento de que ningún hombre ha sido llamado a ser superior a la mujer, debe permanecer inalterable en la mente de aquellas mujeres que busquen integrarse en una sociedad en la que cada vez se las necesita más.

Es por ello por lo que iniciaba esta opinión diciendo que en el islam la mujer tiene la llave, ella, con su don de la maternidad, con su privilegiada capacidad de influir en las edades más tempranas de la vida de las personas, con su dedicación a crear, con su desprecio por la destrucción, sacudiéndose de encima a aquellos hombres que sólo tienen ojos para su propio ombligo, podría llegar a moldear el comportamiento casi animal, de una parte de los hombres que forman parte de su comunidad más cercana.

Para finalizar, quiero expresar mi asombro al ver como esas ciudadanas de segunda o tercera categoría que son las mujeres, en determinados países islamistas, son llamadas a inmolarse con la falsa promesa de que la mal llamada y perversa lucha contra el infiel, las glorificará.

JC   

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