Naturbier en
Madrid: Mediocridad a tope
Naturbier es quizás el bar en el que sirven, bueno,
rectifico, donde tienen la mejor cerveza de Madrid, en mi modesta opinión, por
supuesto.
Pero como Francia; sabéis la historia, ¿no?, ¡Ah no!,
no os preocupéis os lo cuento. Dicen los antiguos que cuando dios creó el mundo
dijo: "Aquí, por Francia, voy a poner el mejor país de la Tierra", la
mejor campiña, los mejores vinos, la mejor gastronomía (hasta que la desbancó la
española), el arte, el glamour, etc. etc. etc. Y dios, continuando con su
quehacer, durante un momento se paró a reflexionar y pensó que a lo mejor no
era del todo justo que tanta maravilla estuviese concentrada en un único
territorio y se preguntó a si mismo, ¿qué puedo hacer para, de alguna forma,
nivelar la balanza y que ningún país quede perjudicado por esta maravilla que
acabo de crear?, al cabo de unos minutos su divina inspiración de dio la
respuesta. ¡Eureka!, grito, ¡ya lo tengo!, para compensar este inigualable paraíso:
¡aquí pondré a los franceses!.
Bueno, después del cuento, vuelvo al objeto principal
de esta crónica, la cervecería Naturbier. Decía que en este establecimiento
tienen la mejor cerveza de Madrid, lo conozco desde hace muchos años, muchas
veces y por distintos motivos nos hemos juntado amigos y amigas para celebrar
las cosas más variopintas. El recuerdo que nos ha quedado siempre ha sido
agradable y gracias a su cerveza, el deseo de volver ha sido algo presente en mi
ánimo.
Pero amigos y amigas, en esta vida todo cambia, la
Naturbier, hace unos años, debió de cambiar de gerencia y si bien la calidad de
su cerveza no ha decaído, el servicio que recibimos los clientes va, como se
suele decir, rodando, cuesta abajo y sin frenos. Esta cervecería está atendida
por gente taciturna, gente nada amable, desconsiderada y antipática, gente
acomplejada, muy digna, en definitiva, pésimos camareros y camareras (pocas).
La Naturbier se ha convertido en un sitio mediocre,
desagradable, se ha convertido en un establecimiento en el que sus empleados
viven de espaldas al que les proporciona el sustento, el cliente. Se ha vuelto
un sitio sucio, fijaos si vais, que el lado de atrás de la barra está lleno de
desperdicios, vasos y jarras sucias, desorden y caos. Se ha convertido en un
bar que sólo atiende con algún tipo de corrección la terraza, a los que no nos
gustan las terrazas nos maltratan y esto, como decía, lleva ocurriendo desde
hace varios años, como mínimo cuatro.
La Naturbier se ha convertido en ese tipo de
establecimiento cutre, alrededor del 90% en mi opinión, que es cada vez mas
frecuente encontrar en Madrid. Madrid es grande, está muy poblado, infestado de
turistas, nacionales y extranjeros, las calles de Madrid están pobladas de
millones de aves de paso que en su ir y venir ocupan los distintos bares,
cafeterías y restaurantes, bares, cafeterías y restaurantes que no quieren
clientes, quieren consumidores poco exigentes, rápidos y callados que dejen su
dinero, cuanto más mejor, que se vayan pronto y que no molesten, así es como se
quiere tratar en Madrid al consumidor.
Hoy la Naturbier, uno de sus camareros, se ha superado
en desprecio: Le he pedido 2 rubias y 1 tostada. Ha servido las rubias, la
tostada, tras insistir, la ha servido 10 minutos después, no ha puesto el
aperitivo y cuando le he pedido que por favor acabe de servirme, me ha dicho
que me aguante. Las cervezas, por supuesto, se las hemos dejado para que se las
tome él. La Naturbier ha perdido cuatro clientes, pero no importa, siempre
habrá aves de paso que tendrán necesidad de beber.
JC
Publicado el 16 de julio de 2011
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